Barcelona.
Cuartel de Intendencia, al lado del Parc de la Ciutadella, donde
ahora està la sede de la Universitat Pompeu Fabra. Una calurosa mañana de julio de
1981. Entrega de petates a un montón de reclutas que marchábamos a la mili al cabo de dos días. Un cabo primero
nos reúne a su alrededor, escoltado por dos miembros de la PM (Policía Militar) y nos lee unos cuantos artículos del Código de Justicia
Militar, sobre deserciones, insubordinación, etcétera. En
todos los casos leídos por el primero, el castigo es o
veinte años de cárcel en un presidio militar o pena de muerte. Buen rollo para empezar. Yo
ya no iría.
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