Por
fin el autocar llega al Centro
de Instrucción de Reclutas (CIR) nº 12. Es un recinto inmenso, ya
lo iremos comprobando a lo largo de un mes. Uno de los veteranos
chulitos nos ha informado que juraremos bandera el 15 de agosto. El
autocar cruza la puerta de entrada al campamento y sigue circulando
un buen rato por una carretera rodeada de edificios y campos de deporte hasta llegar a una gran plaza, donde bajamos. Nos forman
en fila de a tres bajo el sol de mediodía de la meseta leonesa. Se
nota que la mayoría hemos ido a colegios de pago porque nos sale una
fila cojonuda. Seguimos vestidos de personas, pero vemos pasar varias
hileras de reclutas ya vestidos de verde, con el uniforme militar,
por supuesto. Oímos una voz lejana que grita: “Escaparos ahora que
podéis, que cuando te visten así ya no hay manera...” Pero ya no
podemos. Pasa más gente vestida de verde: soldados con fusiles,
soldados en jeeps, oficiales con estrellitas en la gorra y en la
camisa... Parece que estemos en una película de un campo de
prisioneros de la Segunda Guerra Mundial, pero la cosa es bien real.
Poca coña, Steve McQueen no va a aparecer con su moto y nos va a
sacar de allí. Ya estamos en territorio comanche. Acabo de llegar a
la mili.
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