lunes, 21 de diciembre de 2015

Ráfaga 33

Prácticas de tiro de granadas. Nos llevaron a un bonito cerro y toda la compañía se sentó en la ladera. El teniente pidió un par de voluntarios para lanzar granadas. Salieron dos simples. Tira­ron las granadas. Una explotó, la otra no. El te­niente se acer­có a la que no había explotado y la miró desde una distancia prudencial. Luego, con piedras, señalizó el lu­gar. Más tarde volverían los artificieros para hacerla explo­tar. Reflexión: ya que estás allí, siempre es mejor caer en manos de profesiona­les.

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